CUANDO TU MÉRITO DEPENDE DEL TRABAJO DE LOS DEMÁS
Cuando se trabaja en un equipo o en una cadena puede sentirse una sensación agridulce.
Dulce por la parte de formar parte de un grupo y estar acompañado en el empeño, y agria porque al final el éxito de tu parte depende que el resto haga bien la suya y en esto no tienes ninguna capacidad de influencia.
¿Cómo llevar esta situación? Pues mi sugerencia es “ser equipo”, esto es, sentir el equipo como un todo y no una secuencia de esfuerzos coordinados. Cuando uno es equipo disfruta del logro común como propio, porque siente que también es su mérito independientemente de que quizá sea el del primer o el último paso el que se lleve la felicitación.
Los vendedores no tendrían éxito comercial si los que hacen el producto no cumplen con su parte, los que compran no lo hacen de forma eficaz para garantizar un buen precio de mercado, los que dirigen, facturan, limpian, administran, etc, etc, hacen bien su trabajo. Por eso cuando alguien trabaja en un entorno en el que el resultado final de su aportación no depende de sí mismo porque ya está en manos de otros es buena cosa ser equipo, alegrarse del logro de cada uno, compartir el éxito final y concentrarse en hacer bien la parte que le toca. Es como si en un equipo de paracaidismo los dobladores de paracaídas no se alegraran de que luego los saltadores logren sus piruetas y aterricen con seguridad. Los héroes serán otros, pero sentir el logro como propio y disfrutarlo con el resto del equipo sólo depende de la actitud personal con la que se afronte esto, y esa es de libre elección.
Ser equipo te hace sentir importante, te hace fijarte en lo bueno y ayudar a solucionar lo malo, te implica mucho más y lo mejor de todo es que es contagioso y pronto conseguirás que los de tu entorno se apunten a esa forma de entender el trabajo.
El estrés es mucho más fácil que se descontrole si la visión es individualista, donde es fácil caer en el victimismo y el complejo de ser el “patito feo” de la cadena, o peor aún, asumir una falsa necesidad de protagonismo, de destacar, que no permite disfrutar del trabajo bien hecho y mucho menos de los logros de los demás.
Ser equipo implica generosidad de ánimo para los reconocimientos y confianza en la fuerza del grupo, en que todos juntos cumpliendo somos capaces de mucho más que cada uno de nosotros por nuestra cuenta.
Hoy todos trabajamos en una cadena. Los directivos no son nada sin que el resto de los empelados hagan su parte, ni los de producción sin los vendedores o los de mantenimiento sin el departamento financiero. Juntos somos más fuertes y lo importante es luchar a tope por el logro común, y restar importancia a las comprensibles necesidades de notoriedad que el ego que todos tenemos nos incita.
Si no te alegras cuando al final la cosa sale bien no deberías mirar alrededor ni buscar culpables. Mírate al espejo y probablemente encontrarás a la única persona que te está impidiendo disfrutar de la energía que da el éxito.
Paco Muro, Presidente de Otto Walter
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