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¿AÚN HAY JRs POR AHÍ?
El tejido empresarial de España está lleno de empresas familiares, la mayoría Pymes. Sin embargo los problemas y trifulcas que se originan en muchas de ellas no están tan lejos de las tramas de “Dallas”.
No hace falta un imperio para que surjan los celos, las intrigas, las peleas y las puñaladas traperas entre los dueños, los herederos y los gestores. Las familias que han creado empresas a base de disputas y peleas internas, suelen promover generaciones igualmente peleonas que han mamado en sus casas los despechos y desdenes que cada hermano gritaba sobre el resto de socios, ya fueran padres, primos o hermanos.
Esa falta de valores hace que el más fuerte sobreviva, aunque sea cargándose el talento de los mejores, a los que anulará con su vehemencia y sus amenazas.
¿Qué ha cambiado del liderazgo de los 80 a la actualidad? Quizá lo más destacado en España es la evolución que hemos vivido de la relación “arriba-abajo”. En los años 80 “el de arriba” era respetado, admirado y temido, por los de abajo, y bastaban estos tres parámetros para lograr la sumisión de los subordinados, que asumían dicho rol con absoluta naturalidad social. Así eran las cosas, los que mandaban y los que obedecían. En la actualidad “los de arriba” deben ganarse el respeto y la admiración del resto del equipo, que lejos de ser y sentirse meros subordinados, son profesionales competentes y libres, y por tanto entregarán el máximo de su talento y su energía a aquellos que lo merezcan. Los que hoy pretenden gobernar con el temor sólo obtienen lo mínimo de sus equipos, y los mejores huirán en cuanto puedan buscando un lugar mejor en el que aportar su esfuerzo.
Los JRs que aún abundan por las empresas y organizaciones, grandes y pequeñas, lo tienen hoy más difícil, y aunque quizá los tiempos de crisis les dan cierto margen para tirar de látigo sin aparentes consecuencias, en cuanto escampe un poco recibirán su merecido desprecio. Hoy la tiranía empresarial tiene mucho menos recorrido que antaño, pero sitio para los JRs hay, y lo habrá, pues no dejan de ser “otra clase de emprendedores”.
Los hay que desean crear y desarrollar negocios contando con la gente, y hoy son mayoría, y los JRs sólo saben hacerlo utilizando a la gente.
¿De dónde viene el éxito de series como Dallas? Pues creo que puede venir del atractivo que tiene el ver a súper millonarios viviendo como tales en lo material, y como miserables en lo fraternal y lo cotidiano. Vamos, que no cambiabas tu vida por la suya si conlleva semejantes bajezas, traiciones, tensiones y una ausencia total de capacidad para disfrutar de lo que se es y lo que se tiene.
Una aplicación que sugiere JR y esta serie es esa sensación que pide el cuerpo de “Pudiendo vivir como podrían, ¡hay que ver cómo se complican la vida!”. Este pensamiento podría trasladarse a más de una empresa y más de un comité de dirección, que “Pudiendo hacer lo que podrían, ¡Hay que ver cómo se complican!”.
Respondiendo a la pregunta inicial, concluyo con un: “¡Toma, y por aquí!”
Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto Walter
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